Esta fuerza o influjo en realidad contiene la misma inteligencia biológica, sea de nuestros ancestros como del pasado evolutivo de las especies y su conexión con las otras, la que permitió generar esos ecosistemas. a la vez esta inteligencia interior contiene la conexión de la vida necesito para conectarse con los elementos y pudo combinar y ordenar los átomos de la materia para generar moléculas complejas de donde surgen las proteínas y aminoácidos para generar los cuerpos.
A su vez estos elementos provienen del mismo proceso de formación de estrellas y planetas y el cual contienen un lenguaje de energías. por tanto dentro de nosotros contenemos el mismo lenguaje del universo,
Por tanto ese mismo lenguaje que vemos a nuestro alrededor está dentro de nosotros. muchas veces aprendemos a conocernos por medio de conectarnos con el universo y entendemos el universo por medio de interpretar todas esas conexiones que hay dentro de nosotros.
Básicamente esto es lo que propone el saber, aprender a sentir ese universo dentro de nosotros y nutrirnos de esa comprensión.
La tierra tiene ciclos donde la vida se expresa, en cada uno de ellos representan movimientos internos de energía que uno aprende a conocer. a esto se puede definir como tiempo emocional o sea el momento donde se encuentra la energía y uno aprende a percibir la textura de la energía.
Nosotros contenemos ese lenguaje y la única forma de comprenderlos es percibiéndolos, reconociendo su fuerza en las diferentes manifestaciones de la naturaleza, es ver como una sensación del corazón como la alegría, puede percibirse en algunas flores, en el canto de algunas aves y una fuerza parecida se puede vivenciar en un amanecer.Esa conexión permite comprender nuestra propia naturaleza, cuando carecemos de alguna de ella o nos hemos desequilibrado.
La comunión con ese universo nos permite comprendernos en lo más profundo.
El camino del saber es constantemente saborear ese universo conectado.
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